Te has ido... y te odio.
Han pasado 7 años desde que estoy loca y perdidamente enamorada de ti, y solamente uno desde que decidiste abandonar mi mundo por amores de un rato.
Perdona la piranteria, por citar a Dostoyevski pero... enamorarse no es amar.
Tu te has ido, y te odio.
Te odio con cada retazo de mi ser y con unas manos que no te tocan y no me tocan por no semejarse en nada al tacto de las tuyas.
Te odio con cada parte de mi alma cuando te busco por la calle o en tus cines preferidos y cuando tu madre me manda un mensaje diciendo que le gustaría que nos volvamos a ver algún día de estos.
He abandonado todo lo literario que había en mi. Ahora solo bebo, me masturbo y pienso en ti, eras egoísta... y no estás. Y me odio a mi por no haber sido capaz de vaciarme de lleno en ti, y decirte que escribía más por tus lunares que por inercia, que he quemado todas las hojas de mi primer poemario porque te dije en cada pagina lo que en la vida alguien te volverá a decir.
Que me he cortado las comisuras de la boca con el folio en el que estaba escrito un poema que te dediqué y no tuviste los huevos de mirarme a los ojos cuando lo escribía en un blog repleto de almas que sabían que hablaba de ti, para ver si con una sonrisa falsa la gente deja de preguntarme si ya me he olvidado de ti.
Es obvio, me conocía más la textura de tus sabanas que las de mi propia cama, y fuiste tan jodidamente cobarde que te fuiste, sin despedirte, sin pedir perdón por los destrozos... dejándome con más cicatrices que heridas y con un corazón que te pertenecía en su totalidad y a tiempo completo...
Te has ido... y te odio.
