... es que eres tú.





Ella me enseño a soñar, a volar con los ojos abiertos y a dormir escuchando su voz... juro que no existe una voz mas bonita que la suya.

Aprendí a saltar antes que a caminar porque siempre fuiste columpio además de madre, y yo una niña convencida de que nada podría hacerme daño mientras fueras tu quien me curara la herida al volver a casa.

De ella aprendí que ser adulta no significa dejar de tener esperanzas y sueños.
Que nunca es tarde para corregir un error,
que no hay distancia alguna si los lazos de amor están presentes.

Son tantas cosas las que he aprendido de ella que me es complicado distinguir en qué parte me ha ayudado a formarme y que otra parte me he formado yo sola. Pero gracias.

Gracias a ella  por no irse, por aguantar tanto, por no perder la fé. Por no dejarme sola y por verme crecer.
Pero aun más gracias por valorarse, por amarse, por luchar y por salir adelante.
Me basta pensar en su bienestar para alejar mi malestar por su ausencia.


...Pero la extraño mucho. Extraño bajar corriendo de mi cuarto para darte un beso de despedida e irme a la universidad, extraño volver a casa y comer algo con su sazón, simplemente le extraño. Y me duele por toda esa gente que no saben lo que es vivir en su abrazo. Me duele que el mundo no conozca la profundidad de su amor, la humanidad que tiene su alma, la bondad que hay en su mirada.
.

Supongo que de esto nunca van a entender porque nunca la han visto reír. Lo raro seria que nadie quisiera luchar por tenerla en su vida. Ella es la clara definición de belleza, belleza es todo lo que ella hace, todo lo que ella dice, todo lo que rie... todo lo que sueña.



Eres la mezcla perfecta entre ternura y cariño, responsabilidad y sacrificio... de no te preocupes que todo estará bien... yo de mayor quiero ser como tú.


Felíz día a tí, mama.







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