Es mejor poner distancia de por medio...







El tiempo lo cura todo... o eso dicen.
Pero a veces pasa que un olor, un instante, una fecha, un sonido o cualquier mínimo detalle hace que se abran todas las heridas del pasado. 



El olor de un libro nuevo, ese siempre tendrá tu aroma. 
No puedo evitar recordarte cada vez que empiezo a escribir algo nuevo y lo mismo me pasa con  los libros.
El café siempre va a tener tu sabor, da igual las cucharadas de azúcar que le ponga...siempre va a saber a tus ojos. 
No digo que eso sea malo, siempre he pensado que somos un montón de recuerdos, de despojos de las heridas del pasado, del pasado en general.

Si soy sincera, si me diesen una oportunidad de borrar las heridas, diría que no. Porque gracias a ellas he  aprendido que  lo que hoy son heridas mañana van a ser cicatrices y el mes que viene una lección.

Es necesario aceptar que hay cosas que no encajan, personas que no son capaces de hacer feliz a otra persona, personas que te quieren de verdad mientras tu sigues enganchadas a mentiras, personas que mienten y les crees. Personas que se quieren y no están juntas, personas que están juntas y no se quieren ni la mitad de lo que tu quieres a la persona que no tienes. Pero es así y hay que aceptarlo. 
Tienes que ir buscando la otra pieza del rompecabezas hasta que encuentres un sitio donde quedarte a vivir, pero recuerda... no puedes llamar hogar a algo que te hace daño.
Y es justo entonces cuando te hacen daño, cuando recuerdas el pasado. Cuando eres feliz no tienes tiempo de echar de menos a alguien que no supo quedarse. Pero cuando duele, cuando duele reaccionas el dolor del presente, lo mezclas con el del pasado y estas mal por partida doble.
Porque si, porque somos así de imbéciles 
¿quieren mas explicación?
Porque nos gusta meter el dedo en la herida y dejarla sangrar aunque solo sea un rato.
Nos gusta recordar que lo que el tiempo se llevo, algún recuerdo lo trae de vuelta. 
Nos encanta decir eso de: 
Tengo miedo de que me vuelva a pasar lo mismo, pero no hacemos nada por evitarlo, al contrario. Vamos como ciegos en busca de la misma piedra donde tropezar.

Y ese es el problema, que nos enamoramos de una piedra y siempre terminamos dándonos en la madre contra ella.

¿Y si en lugar de esquivar la piedra, cambiamos de camino?
No sé digo yo... quizás por eso en el fondo nos gustan las heridas. Si no... no se entiende.


Pero ami no me hagan caso yo llevo años que cuando veo la piedra no solo no la esquivo sino que me tiro de cabeza contra ella.

Creo que siempre habrá algo que te haga viajar al pasado, pero acuérdate de comprar un billete de vuelta si quieres construir un futuro.

Te voy a ser sincera, yo por mi parte he aprendido a vivir sin ti, porque sé que es lo mejor para ti. Pero eso no quiere decir que no te eche de menos...










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