Aquél Cabrón...
He estado ordenando los destrozos de este año y creo que le debemos demasiadas facturas al olvido.
Tengo demasiadas cuentas pendientes con el pasado y demasiadas preguntas que aún no logré responder, tal vez por eso sigo escribiendo.
Tal vez por la necesidad de gritar que estoy harta de los amores
de rebajas y los te quiero sin sentido, tal vez porque nunca supe como decirte que estaba harta de tu forma de querer, que si me vas a querer así..que mejor que no me quieras.
Algún día entenderás que amor era aquello que te conté aquella noche cuando llevábamos algunos años de más y mucha vergüenza de menos, y cuando lo entiendas te preguntarás porque no fuiste capaz de darte cuenta a tiempo.
Y estoy segura de ello, y no voy a decirte que nadie te va a querer
como yo y todas esas cosas que decimos para sentirnos bien con nosotros mismos, no, estoy segura que llegará alguien que te quiera el doble, que sea capaz de quererte pero sin peros, con todas tus manías y defectos.
También creo que algún día te enamorarás, y esta vez de verdad, y entonces entenderás el daño que puede llegar a causar un corazón cuando no te pertenece, entonces entenderás todas las noches que lloré mientras dormías, y todas las veces que me enfadé sin si quiera tener un motivo aparente, cuando tengas miedo a perder aquello que quieres entenderás todo eso. Hasta entonces sigue pensando que amor es eso de ir durmiendo de cama en cama por miedo a dormir solo, de ir de beso en beso por miedo a que sea la soledad quien se enamore de ti. Ojala cuando te des cuenta que el amor no tiene nada que ver con eso no sea demasiado tarde. Ojala
abras los ojos antes de quedarte jodidamente solo, porque si, porque el que juega con tantos corazones al final, cuando ya no tiene nadie con quien jugar se siente completamente vacío, y ojala no llegues a sentir tanto vacío como el que sentí yo en su día, cuando decidiste que la mejor opción era jugar a ver quien hacía más daño. Ganaste y por goleada. Tal vez fue ahí cuando me di
cuenta que no era más que otra de tu colección de corazones rotos, cuando solo había sido el capricho que no podías tener y por eso lo querías. Tal vez simplemente te cansaste de que te quisieran, te asustaste al ver que esto no era un juego, que por fin alguien quería quedarse a compartir tus defectos, y te fuiste por miedo a quedarte, o por no saber cómo quedarte, o , quien sabe, lo importante es que te fuiste, ya no importa el motivo. Y es normal, siempre has ido de brazo en brazo y tuviste miedo de que alguien te llamase hogar, siempre jugando a querer hasta que te diste cuenta que, tal vez, aquel te quiero era cierto y entonces tuviste miedo, no de perderme, sino de perderte, a ti, al cabrón que juega a no enamorarse para no pasarlo mal. Y ahora miranos, yo no soy feliz y tú sigues negando que eres capaz de sentir algo, que alguien
tiene el poder de hacerte daño. Es más cómodo seguir con la coraza de tipo duro, pero te he visto mirarme como quien mira al horizonte y he visto la cara de tonto que ponías cuando despertabas a mi lado, que te he visto sonreír como un niño pequeño la primera vez que te dije te quiero y he visto el miedo en tus ojos cuando quise irme, Pero sigue jugando a ser un cabrón, sigue siendo el tipo duro, y cuando te quedes complementamente solo búscame y dime que tenía razón, que tal vez te rompan pero no se puede vivir siempre con una coraza, que tarde o temprano llega alguien que te deja ser completamente tú, y aunque ese día sea tarde, y no sea yo, te acordarás de todo lo que te dije.
Y yo, por mi parte, no voy a pedirte que vuelvas, pero haré que te arrepientas de haberte marchado por cobarde, por no saber afrontar que lo que empezó como un juego se convirtió en aquello que llaman amor, por salir corriendo cuando era momento de quedarse para siempre.
Ojala algún día aceptes que aquel cabrón se enamoró como
nunca, y se fue por lo de siempre, por el miedo a perder, y por eso; perdiste, cabrón.