Hoy si salgo de mi cama, es para meterme a la tuya...


Leer con esto de fondo...


Empezaré mintiendo: Ya no dueles. 

No duelen cada una de tus mentiras, ni fingir que aún te sigo creyendo. 
No duele cada vez que te pasas por mi vida como si fuésemos desconocidos con recuerdos en común. 
No duele verte reír y saber que ya no soy yo el motivo, saber que nunca fui el motivo, que fui la consecuencia de tu miedo a estar solo. Sí, ya lo he aceptado, solo fui eso, tu miedo a la soledad. 
Tal vez por ese motivo vas de corazón en corazón conociendo nuevas camas, por miedo a conocerte y que te des cuenta que estás vacío por dentro y que no necesitas una nueva chica para dormir todas las noches, la necesitas para despertar, pero te horroriza enamorarte por si alguien te hace lo que tú haces, por si alguien te utiliza, por si alguien decide irse cuando es momento de quedarse, en definitiva...
Por si a alguien se le ocurre jugar al mismo juego que tú, al de no sentir, al de salir corriendo cuando alguien te importa más de la cuenta. A vivir de cama en cama por miedo a llamar a alguien hogar. 

Lo vas a pasar mal y los dos lo sabemos, la diferencia es que entonces no seré yo quien se quede a secar esas lágrimas. 
No seré la tonta que perdona cualquier cosa, no seré yo quien soporte tus idas y venidas y lo jodidamente frágil que eres cuando te muestras de verdad. 

No entiendo esa necesidad de ir de valiente, de puedo contigo, contigo, de imbécil, si, de imbécil, porque te he visto mil veces caer cuando pensabas que nadie te estaba mirando, he sido testigo de aquellas lágrimas que no pudiste evitar cuando llegaron las despedidas, eres tan adorable cuando eres tu... Que por eso no entiendo tu manía de esconderte detrás de un escudo para que no te hagan daño....
Ojala algún día entiendas que así el daño te lo haces tú, y créeme que no hay peor enemigo que el que está en tu cabeza. 
Pero es más fácil pelear con el mundo que pararte a hablar contigo mismo y preguntarte qué carajos pasa, cual es el motivo de ese miedo, y tal vez, darte cuenta que no hay peor soledad que la de estar acompañado, y que nadie merece ser tu excusa para no estar solo. 
Nadie lo merece, ni si quiera tú. 

Estoy casi segura que un día te van a pagar con esa misma moneda y créeme que no me alegro, pero entonces entenderás todos los destrozos que has dejado por el camino, algún día, sin querer, te enamorarás, y jugarán tantas veces contigo que serás una marioneta en manos de un títere que hará lo que sea contigo para no estar sola, que se querrá tan poco que tendrá que estar contigo solo para que alguien la quiera, y cuando encuentre a otro corazón dispuesto a recordarle que es preciosa....te iras a la mierda, y es entonces cuando te darás cuenta de todo, y te preguntarás por qué no fuiste suficiente para ella, y porqué la vida es así, y que tiene el otro que no tengas tú... Y no entenderás nada. Y ojala entonces alguno de los corazones del pasado vuelva y te diga que quien juega con fuego se quema, que quien juega a no querer termina queriendo y termina perdiendo. Ojala entiendas que esto no es una crítica, es un hecho. Y tarde o temprano me darás la razón, si tu orgullo te lo permite.
Ojala aprendas que para querer a alguien hay que quererse primero, que para querer hay que dejar los miedos fuera, que para querer, hay que estar dispuesto a que te quieran, sin miedo.
 Ojala encuentres a alguien a quien llamar hogar, hasta entonces...Suerte con tus pisos de alquiler, que si, que están en primera línea de playa y con unas vistas preciosas...pero solo duran unas horas.


Suerte, que la vas a necesitar si sigues pensando que es mejor eso a tener un lugar al  que regresar todas las noches y que sea la misma sonrisa quien te espera, muchísima suerte.





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